domingo, 21 de enero de 2018

Cantabria. Rutas de senderismo. Marisma del Conde en Rubayo


 Ruta de la Marisma del Conde




La ruta es de aproximadamente 3 Km, y puede tener variantes según de indican en el mapa con distintos colores de modo que se alargue más o menos dependiendo del tiempo, la fuerza o el interés.
Es una ruta fácil puesto que transcurre en caminos asfaltados y nos va a permitir aislarnos del ruido y disfrutar del aire puro y de la naturaleza.
Es una zona de praderías donde veremos alguna que otra vaca pastando, oiremos el canto de los pájaros, veremos alguna rapaz al acecho y llegaremos a la ribera de la ría de Cubas.

En la orilla hay un banco para descansar y observar el paisaje. En cuanto a aves, gaviotas y con un poco de suerte alguna garza. Al fondo el campo de golf de Pedreña y Somo.

Si el tiempo acompaña probablemente habrá alguien practicando paddle, ski acuático o simplemente pescando o tomando el sol desde alguna barca.

Siguiendo la ruta, si llegamos al alto seguro que nos paramos y nos llama la atención la vista a nuestro alrededor.

Aconsejable para quienes vayan a disfrutar de una ruta 100% naturaleza.Pueden ir los niños, incluso con bici por si se cansan.



Recorrido aproximado. Cada color una posible variante.


Real Golf de Pedreña desde la ría de Cubas


Al fondo, puente de Somo - Pedreña   

Desde lo alto. Pedreña y al fondo Santander


sábado, 13 de enero de 2018

Cantabria. Senderismo. Ruta de los Acantilados de Langre

 

RUTA DE LOS ACANTILADOS DE LANGRE

 
 
 
Hermoso recorrido de los acantilados y las playas contemplando siempre de fondo el mar Cantábrico.
 
Discurre entre las playas de Loredo y Langre.En levante está la Playa Grande, una media luna de 800 metros de longitud batida por olas potentes, muy apreciadas por los surfistas. Y a poniente, separada por un contrafuerte del acantilado, la Playa Pequeña, de 200 metros, que termina en el Pico de Langre, una punta rocosa erosionada que hay quienes dicen que recuerda una cabeza humana, otros que un león apoyado sobre las patas delanteras, y otros, conciliadores, que una esfinge. Más al oeste, como a un kilómetro, están las piscinas naturales de Llaranza, unas balsas cristalinas que se forman con las mareas en la base del acantilado.
Aunque de difícil acceso, se puede bajar hasta ellas siguiendo las sendas de los pescadores, siempre y cuando el mar esté de buenas... Para no olvidar lo que pasa cuando el mar está de malas, en el pueblo, al lado de la iglesia de San Félix, hay una escultura de Jesús Otero en homenaje a Ismael Hoz, un vecino de la zona que perdió la vida el 22 de diciembre de 1960 tras lanzarse a la mar a ayudar a los tripulantes del mercante Elorrio que estaban naufragando. Todo un héroe local.
 

Al atardecer, hay que acercarse a los acantilados (a los que caen sobre las piscinas de Llaranza, no sobre las playas) para ver cómo se ilumina el faro santanderino de Cabo Mayor justo cuando el sol se apaga. Luego se van encendiendo las luces de El Sardinero, las de la Magdalena, las del puerto, las de los barcos que entran y salen de la bahía. Todo, en un silencio que no es de ciudad, sino de primer día del mundo. Para celebrarlo, una buena opción es trasladarse a Pedreña y Somo (a siete kilómetros) y degustar unas sardinas a la parrilla, navajas, unas rabas o cualquier otro pescado del día. Pues el mar es aquí generoso en buenos productos. 
  
 
 
RUTA POR LOS ACANTILADOS  (cortesía Club de Montaña Fuentes Carrionas de Palencia)
Bordeando la costa ente Loredo y Langre


 
Recogido de Guía Repsol




                   La imagen recogida en el mapa es aproximada

lunes, 8 de enero de 2018

Cantabra. Rutas por Santander. Casa Museo Menéndez Pelayo


Biblioteca y Casa-Museo de Menéndez Pelayo





La construcción del edificio surge a raíz de la desaparición de don Marcelino en 1912, y la aceptación por el Ayuntamiento de su magnífica colección de libros. En 1913, el municipio encarga la traza del edificio a Leonardo Rucabado, quien da comienzo a las obras en 1915 y realiza, sin duda, su obra más importante en la capital cántabra. El arquitecto de Castro Urdiales llevó a cabo su trabajo sobre el antiguo edificio que sirvió de biblioteca a don Marcelino, respetando su perímetro y forma.

De estilo historicista, en su versión nacionalista, con abundante utilización de motivos herrerianos en la distribución de fachadas, y en las decoraciones de pirámides y bolas. El municipio santanderino construyó este edificio junto a la casa, respetando su perímetro y forma, para albergar el extenso legado bibliográfico del autor. Conserva la importante colección bibliográfica de Menéndez Pelayo, donada a la ciudad de Santander por el escritor con la condición de que siempre se mantuviera agrupado. Comprende más de 42.000 volúmenes, muchos de ellos de gran valor, que incluyen 23 incunables y manuscritos muy valiosos de Quevedo, Lope de Vega y el propio Menéndez Pelayo destacando la famosa Crónica Troyana, de finales del siglo XIII-comienzos del XIV. Destacar que este conjunto arquitectónico fue declarado Bien de Interés Cultural en 1982.

Destaca en el exterior la fachada sur, de dos cuerpos. Desde el inferior, arranca una escalera de doble tramo, que confluye en el segundo piso, frente a la puerta principal, de arco rebajado a juego con los cuatro ventanales que la flanquean. La puerta se remata con un cuerpo superior, que posee un escudo de Santander.

El interior de la Biblioteca se divide en tres naves rectangulares de este a oeste. La central, más elevada, recibe la luz a través de una gran vidriera, en cuyo centro se encuentra el escudo real. Otras dos vidrieras iluminan las fachadas este y oeste. En la nave central destaca una magnífica estantería de libros, realizada en roble y de gusto neoclásico.

El jardín de la Biblioteca aparece presidido por una estatua sedente de Menéndez Pelayo, realizada en mármol blanco por Mariano Benlliure. Detrás de ésta, una placa de mármol recoge las primeras palabras del testamento de don Marcelino, en las que lega al Ayuntamiento su biblioteca, y agradece a Santander "tantas muestras de estimación y cariño durante toda mi vida".

La muerte de Leonardo Rucabado en 1918 retrasó la inauguración de la Biblioteca, que no tuvo lugar hasta 1923, asistiendo a la misma el Rey Alfonso XIII.

Completa el conjunto la que fuera casa de la familia Menéndez Pelayo, situada frente a la fachada posterior de la Biblioteca. Es una construcción de tipo afrancesado, realizada en 1876. En su interior pueden contemplarse comedor y sala de estar en la planta baja y, en el piso superior, el despacho de Enrique, hermano de don Marcelino, y la habitación y cama en que murió éste.

El padre de Marcelino Menéndez Pelayo adquirió la propiedad en pleno apogeo del siglo XIX; el pabellón que está situado delante de la casa lo construye su padre, Marcelino Menéndez Pintado, para ubicar la Biblioteca de su hijo porque no cabían los libros en casa, invadiendo hasta los enseres de la cocina. Marcelino Menéndez Pelayo lo cedió a la ciudad de Santander y ésta, en agradecimiento, construyó la actual, ampliándola. Ambas construcciones se hallan en el centro de la ciudad, junto al Museo de Arte Moderno y Contemporáneo (MAS), y a la Biblioteca Municipal.
La Real Sociedad Menéndez Pelayo, RSMP, es la propietaria de la casa, tras la desaparición de la familia, ubicándose sus despachos en la antigua cocina y despensa; se creó en 1918 a iniciativa de los admiradores del autor, y, actualmente, cuenta con ciento cinco miembros. En la entrada de la casa hay un facsímil del acta de creación de la Sociedad. En la Sociedad no sólo se editan obras sobre el autor, sino también sobre disciplinas que cultivó el mismo, siguiendo las normas de la ANECA, para que tengan el máximo reconocimiento.
Unido al nombre mencionar la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, UIMP cuyos cursos de español para extranjeros se convirtieron en sus cimientos.
Un dato histórico, en 1923 se crearon los Cursos de Verano de la Sociedad Menéndez Pelayo siguiendo el ejemplo que en Madrid suponían los del Centro de Estudios Históricos, como forma de extender diversos aspectos de la cultura española entre los estudiantes de otros países que llegaban cada verano a Santander para perfeccionar el conocimiento de nuestro idioma.
El siguiente paso sería constituir el patronato y de ahí, tras la desaparición de la monarquía, el palacio de la Magdalena quedó a disposición de la población y en agosto de 1932 se creó la Universidad Internacional de Verano de Santander, que retomaba la idea primitiva de los mencionados Cursos de Verano, proceso que culmina con la creación de la UIMP en 1945.
La institución “heredó el estilo de los cursos iniciales, ese espíritu de colaboración y convivencia entre alumnos y profesores”. Asimismo, las actividades de la Sociedad cuentan con el reconocimiento de la UIMP, “materializadas en la Cátedra Menéndez Pelayo”.
El recorrido por las estancias donde respiró Don Marcelino descube parte de los muebles y objetos que rodearon al escritor y satisface la curiosidad de quienes los localizaban, como si fueran pedacitos de su vida.
En la Catedral de Santander se encuentra la tumba de Menéndez Pelayo donde, con motivo del centenario de su nacimiento, fueron trasladados los restos del montañés desde el cementerio de Ciriego, en Santander. Al pie del sepulcro, se encuentra la siguiente leyenda atribuida a don Marcelino: “¡Qué lástima tener que morir cuando me quedaba tanto por leer!”.
 
Casa Menéndez Pelayo
Comedor
Interior
Añadir leyenda

Interior

Museo

Estatua de Menéndez Pelayo


Interior Biblioteca





Como llegar desde Pedreña


 

Recopilado :portal UNED rutas literarias El Diario Montañés Patrimonio
 

 


 
 
 



Qué ver en Santander en una hora

Un paseo rápido por lo más conocido de Santander. Pero …. Hay mucho más El video es compartido desde YouTube y agradezco a quienes lo...