La Vijanera
Carnavales en Cantabria
Tenemos
constancia de que en las cuevas de Altamira y El Castillo en Puente
Viesgo los antiguos habitantes primitivos inmortalizaron figuras con
rasgos zoomorficos. Tal vez los Chamanes adoptaban formas de animales
como manera de invocar su fuerza. En la Cantabria prerromana los
cultos eran de tipo naturalista. Se adoraba al sol, la luna, los ríos
y las montañas. De aquí la primera de las teorías relacionadas
con el nombre de la fiesta. El Pico que domina el valle, (1288 m
sobre un fondo medio del valle de 200 m), se denomina en la
actualidad “Pico Jano”. Según González Echegaray algunos
topónimos como “suano, hano y jano” denotan lo sagrado de su
condición; en latín montem fanum. Quizás los Cántabros que
poblaban el valle veían en este coloso de forma piramidal una
divinidad. Por otra parte los Zarramacos son conocidos en gran parte
de Asturias y Cantabria como Zamarrones, siendo este precisamente el
vocablo utilizado para designar a las cuadrillas de jóvenes
guerreros de las tribus cántabras.
Otra
corriente la relaciona con el rito celta del solsticio hiemal. Éste,
celebra el alargamiento paulatino de los días, razón por la cual,
para todas las culturas antiguas, representaba el auténtico
nacimiento del sol y, con él, toda la Naturaleza comenzaba a
despertar lentamente de su letargo invernal y los humanos veían
renovadas sus esperanzas de supervivencia gracias a la fertilidad de
la tierra que garantizaba la presencia del astro divino.
Se
cree que las tropas invasoras adoptaron parte de las tradiciones de
los pueblos conquistados. Aquí entra en juego la segunda teoría
sobre el nombre, ya que era costumbre celebrar las Kalendas de Jano
que coincidían más o menos con el principio del año. Además dicho
dios era patrón de los rebaños, además de representarse con dos
caras; el bien y el mal, lo viejo y lo nuevo etc… Otro dato a tener
en cuenta es que precisamente el pico que domina el valle lleva este
nombre.
Como
ya apuntamos antes, la fiesta entronca con parte de las tradiciones
romanas. En época de Augusto se generalizó la costumbre de hacer
regalos el 1 de Enero como parte de las celebraciones en honor del
dios Jano. Parte del ritual consistía en que comparsas de hombres
salían disfrazados. Sin embargo dicha tradición, extendida por
Europa, es anterior y trataba de conmemorar el punto de inicio del
año agrícola extendida desde el solsticio de invierno hasta bien
entrado marzo. En cuanto a los datos referidos a este periodo son
pocos los que han llegado hasta nuestros días, posiblemente debido a
la cotidianeidad de la fiesta para los historiadores de la época.
Sin embargo a partir del dominio del cristianismo estas y otras
celebraciones fueron vistas con malos ojos, de ahí que algunas de
esas prohibiciones si hallan llegado hasta nuestros días. Los
cristianos condenaban varios de sus rasgos: el caracterizarse con
formas animales, cambiar las vestimentas masculinas por otras
femeninas, excitarse con vino como parte del trance y por último
escenificar comedias burlescas ridiculizando a los semejantes. Todos
estas características forman parte de la fiesta.
Otro
aspecto importante es la lucha del bien y del mal que culmina con la
expulsión de los malos espíritus. Los Zarramacos representan, por
un lado, las fuerzas del bien. Sus armas con el ruido, sus "porros",
y la exhibición de fuerza a lo largo de todo el día. Encarnando a
las fuerzas del mal, están el Oso, el Zorrocloco y la Bruja.
De
entre las varias referencias que a lo largo del tiempo han mencionado
la fiesta, citamos la que en 1904 Emilio Alcalde del Río dejaba
constancia de la fiesta en su trabajo sobre las pinturas y grabados
de cántabros.
“El último día del año se celebra en determinadas aldeas una fiesta llamada de la vijanera o viejanera, que consiste en ciertas danzas que pudiéramos denominar salvajes. Al romper el día, los individuos que toman parte activa en el festival, y que suelen ser los dedicados al pastoreo principalmente, se lanzan a la calle cubiertos de pies a cabeza con pieles de animales y llevando colgados a la cintura innumerables cencerros de cobre. Enmascarados con tan original y salvaje disfraz, corren, saltan y se agitan como poseídos de furiosa locura, produciendo a su paso un ruido atronador e insoportable. Entregados a este violentísimo ejercicio pasan el día, y entre ellos será el héroe de la fiesta quien haya derrochado mayor energía y agilidad en sus movimientos y sea el último en rendirse al cansancio. Al caer la tarde se congregan en el límite fronterizo a la aldea vecina, sin traspasar los linderos que las separan, y allí esperan a los danzantes de ésta, si en ella se ha celebrado igual festejo. Cuando se encuentran de frente ambos bandos, se preguntan en alta voz: ‘¿Qué queréis, la paz o la guerra?’ Si los interrogados responden ‘la paz’, avanzan unos y otros, se confunden en fraternal abrazo y dan principio seguidamente a la danza final. Si, por el contrario, la respuesta es ‘la guerra’, lánzanse los unos contra los otros y se muelen a golpes hasta que sus cuerpos, ya rendidos y quebrantados por el ejercicio del día, dan por tierra tan bien asendereados y maltrechos, que es precisa la intervención de los vecinos pacíficos para irles transportando a sus hogares. Y así es como termina esta fiesta que, hoy, ya sólo en muy contadas aldeas se celebra.”
El significado de estas mascaradas marca el fin del ciclo iniciado en Navidad. La comunión entre los vivos y los muertos; los espíritus visitaban sus antiguas moradas en las noches más largas del invierno, y ahora, con la llegada de la luz, es necesario que dejen en paz a los vivos. Por eso se les ahuyenta con sonidos infernales.
La llegada del sol es importante, pues el ciclo de los cultivos estará de nuevo asegurado, y el anuncio de la luz no merece otra cosa, que un gran y ruidoso festejo de bienvenida.Es la fiesta de la vida.
La Vijanera |
Oso La Vijanera |
Hombres paja La Vijanera
Disfraz en La Vijanera |
Recopilado
:Ayto de Molledo y Vijanera.com
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