jueves, 28 de diciembre de 2017

Cantabria. Fiestas y tradición

La Vijanera

Carnavales en Cantabria

La fiesta de La Vijanera, celebrada en Silió y perteneciente al municipio de Molledo, es una expresión de ocio festivo emparentada con las Mascaradas o las representaciones "rito-teatrales" de tipo carnavalesco pertenecientes al ciclo festivo de invierno de las sociedades rurales europeas.
Tiene lugar el primer domingo de Enero, salvo que coincida con Año Nuevo, en cuyo caso se trasladará al siguiente. Es el primer carnaval de Europa y, actualmente, la Asociación Cultural Amigos de la Vijanera, encargada de la fiesta, está trabajando en la candidatura de la fiesta como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad junto a otros grupos de España y Portugal. Debido a su popularidad y tradición está declarado como Fiesta de Interés Turístico Nacional.
Tenemos constancia de que en las cuevas de Altamira y El Castillo en Puente Viesgo los antiguos habitantes primitivos inmortalizaron figuras con rasgos zoomorficos. Tal vez los Chamanes adoptaban formas de animales como manera de invocar su fuerza. En la Cantabria prerromana los cultos eran de tipo naturalista. Se adoraba al sol, la luna, los ríos y las montañas. De aquí la primera de las teorías relacionadas con el nombre de la fiesta. El Pico que domina el valle, (1288 m sobre un fondo medio del valle de 200 m), se denomina en la actualidad “Pico Jano”. Según González Echegaray algunos topónimos como “suano, hano y jano” denotan lo sagrado de su condición; en latín montem fanum. Quizás los Cántabros que poblaban el valle veían en este coloso de forma piramidal una divinidad. Por otra parte los Zarramacos son conocidos en gran parte de Asturias y Cantabria como Zamarrones, siendo este precisamente el vocablo utilizado para designar a las cuadrillas de jóvenes guerreros de las tribus cántabras.
Otra corriente la relaciona con el rito celta del solsticio hiemal. Éste, celebra el alargamiento paulatino de los días, razón por la cual, para todas las culturas antiguas, representaba el auténtico nacimiento del sol y, con él, toda la Naturaleza comenzaba a despertar lentamente de su letargo invernal y los humanos veían renovadas sus esperanzas de supervivencia gracias a la fertilidad de la tierra que garantizaba la presencia del astro divino.
Se cree que las tropas invasoras adoptaron parte de las tradiciones de los pueblos conquistados. Aquí entra en juego la segunda teoría sobre el nombre, ya que era costumbre celebrar las Kalendas de Jano que coincidían más o menos con el principio del año. Además dicho dios era patrón de los rebaños, además de representarse con dos caras; el bien y el mal, lo viejo y lo nuevo etc… Otro dato a tener en cuenta es que precisamente el pico que domina el valle lleva este nombre.
Como ya apuntamos antes, la fiesta entronca con parte de las tradiciones romanas. En época de Augusto se generalizó la costumbre de hacer regalos el 1 de Enero como parte de las celebraciones en honor del dios Jano. Parte del ritual consistía en que comparsas de hombres salían disfrazados. Sin embargo dicha tradición, extendida por Europa, es anterior y trataba de conmemorar el punto de inicio del año agrícola extendida desde el solsticio de invierno hasta bien entrado marzo. En cuanto a los datos referidos a este periodo son pocos los que han llegado hasta nuestros días, posiblemente debido a la cotidianeidad de la fiesta para los historiadores de la época. Sin embargo a partir del dominio del cristianismo estas y otras celebraciones fueron vistas con malos ojos, de ahí que algunas de esas prohibiciones si hallan llegado hasta nuestros días. Los cristianos condenaban varios de sus rasgos: el caracterizarse con formas animales, cambiar las vestimentas masculinas por otras femeninas, excitarse con vino como parte del trance y por último escenificar comedias burlescas ridiculizando a los semejantes. Todos estas características forman parte de la fiesta.
Otro aspecto importante es la lucha del bien y del mal que culmina con la expulsión de los malos espíritus. Los Zarramacos representan, por un lado, las fuerzas del bien. Sus armas con el ruido, sus "porros", y la exhibición de fuerza a lo largo de todo el día. Encarnando a las fuerzas del mal, están el Oso, el Zorrocloco y la Bruja.
De entre las varias referencias que a lo largo del tiempo han mencionado la fiesta, citamos la que en 1904 Emilio Alcalde del Río dejaba constancia de la fiesta en su trabajo sobre las pinturas y grabados de cántabros.
El último día del año se celebra en determinadas aldeas una fiesta llamada de la vijanera o viejanera, que consiste en ciertas danzas que pudiéramos denominar salvajes. Al romper el día, los individuos que toman parte activa en el festival, y que suelen ser los dedicados al pastoreo principalmente, se lanzan a la calle cubiertos de pies a cabeza con pieles de animales y llevando colgados a la cintura innumerables cencerros de cobre. Enmascarados con tan original y salvaje disfraz, corren, saltan y se agitan como poseídos de furiosa locura, produciendo a su paso un ruido atronador e insoportable. Entregados a este violentísimo ejercicio pasan el día, y entre ellos será el héroe de la fiesta quien haya derrochado mayor energía y agilidad en sus movimientos y sea el último en rendirse al cansancio. Al caer la tarde se congregan en el límite fronterizo a la aldea vecina, sin traspasar los linderos que las separan, y allí esperan a los danzantes de ésta, si en ella se ha celebrado igual festejo. Cuando se encuentran de frente ambos bandos, se preguntan en alta voz: ‘¿Qué queréis, la paz o la guerra?’ Si los interrogados responden ‘la paz’, avanzan unos y otros, se confunden en fraternal abrazo y dan principio seguidamente a la danza final. Si, por el contrario, la respuesta es ‘la guerra’, lánzanse los unos contra los otros y se muelen a golpes hasta que sus cuerpos, ya rendidos y quebrantados por el ejercicio del día, dan por tierra tan bien asendereados y maltrechos, que es precisa la intervención de los vecinos pacíficos para irles transportando a sus hogares. Y así es como termina esta fiesta que, hoy, ya sólo en muy contadas aldeas se celebra.”
El significado de estas mascaradas marca el fin del ciclo iniciado en Navidad. La comunión entre los vivos y los muertos; los espíritus visitaban sus antiguas moradas en las noches más largas del invierno, y ahora, con la llegada de la luz, es necesario que dejen en paz a los vivos. Por eso se les ahuyenta con sonidos infernales.
La llegada del sol es importante, pues el ciclo de los cultivos estará de nuevo asegurado, y el anuncio de la luz no merece otra cosa, que un gran y ruidoso festejo de bienvenida.Es la fiesta de la vida.
La Vijanera

Oso La Vijanera
 
Hombres paja La Vijanera
Disfraz en La Vijanera

Vijanera 2018


Como llegar desde Pedreña

Recopilado :Ayto de Molledo y Vijanera.com




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