Casa en Cantabria
El blog acompaña a mi página web que está dedicada a casas y apartamentos cerca de Santander que se alquilan de forma ocasional, entre particulares y preferentemente a familias que busquen pasar una temporada en Cantabria disfrutando de las playas, el golf, las rutas culturales o de senderismo, y la combinación de mar y montaña. En el blog se anotan noticias curiosas, rutas para explorar la zona o lugares de interés
domingo, 14 de octubre de 2018
Qué ver en Santander en una hora
Un paseo rápido por lo más conocido de Santander. Pero …. Hay mucho más
El video es compartido desde YouTube y agradezco a quienes lo hicieron posible
lunes, 5 de marzo de 2018
Cantabria. Rutas en vacaciones. Por la costa entre Pedreña y Pontejos
Caminando entre Pedreña y Pontejos
La ruta que proponemos combina varios ambientes, ruta costera bordeando la bahía, rutas por barrios interiores de los pueblos de Pedreña, Elechas y Pontejos, rutas entre praderías y un tramo de ruta urbana por la carretera general Astillero - Somo.
Es una ruta larga con dificultad para volver al punto de partida de forma convencional. Hemos propuesto varios puntos intermedios donde se puede dejar el coche y hacerla por tramos.
Merece especial mención el tramo que va desde Pedreña a la punta del Urro con parada en el mirador superior.
El camino que se señala en el mapa es aproximado. Sobre el terreno se puede matizar o modificar.
La
ruta empieza en el muelle de Pedreña girando a la izquierda y bordeando los
edificios blancos. Seguimos el tramo por los arenales y avanzamos por un camino
asfaltado por el Barrio el Monte, giramos a la izquierda y retomamos nuevamente
la ruta a lo largo del borde marítimo dando vista a la bahía y a la Península
de la Magdalena. Llegamos a La Junquera donde se ubica el Campo de Golf
Municipal, uno de los tres campos de golf existentes en Marina de
Cudeyo, siendo los otros el célebre Real Golf de Pedreña, el más antiguo y
famoso, cuna deportiva del campeón Severiano Ballesteros, y el tercero el de
Ramón Sota, situado en el pueblo de Agüero.
Antes
de llegar al extremo de la Punta de Elechas encontraremos la
continuación del paseo litoral, tramo conocido como del Urro y que muy
probablemente sea una referencia toponímica a unos de los islotes aledaños, la Isla
de la Hierba a la izquierda y la Isla de Marnay o de los
Ratones a la derecha.
Avanzamos
por una pista que discurre por lo alto de la loma, con magníficas vistas de la
Bahía y, hacia la izquierda, Peña Cabarga y la ría de Astillero, con el telón
de fondo de las lejanas pero majestuosas cumbres de Alto Campoo, Peña Sagra y
Picos de Europa.
Acabamos
en el Barrio El Urro, vemos un gaseoducto y subiremos hacia el pueblo de
Elechas. Tras varias bufircaciones por el Barrio Cardiro llegamos al cementerio
de Elechas. Continuamos por el paseo costero, que rodea el fondo de
la Ensenada de San Bartolomé.
El
tramo que empezamos se denomina de La Campanuca, en referencia a una de las Islas
de San Juan, concretamente la llamada Isla de La Campanuca,
en la cual aparecieron diversos vestigios arqueológicos que indican su
ocupación en época romana y medieval, siendo probable que existiera una ermita
en esta última época. Durante la Guerra Civil sus cavidades y abrigos rocosos
también fueron usados como refugio por algunos vecinos de Pontejos, pueblo que
sufrió algunos ataques por haberse construido en él un campo de aviación,
situado en una marisma rellena de la Ría de Tijero. En este tramo disfrutaremos
de una bonita panorámica de la Bahía de Santander y la ciudad al otro lado.
Avanzamos
y buscamos ruta hasta llegar al cementerio
de Pontejos.
La
subida culmina el Barrio Otero, situado en alto como indica su
nombre, y donde encontraremos el Parque Matías Laza, una
agradable área recreativa con mesas, juegos infantiles, parrillas, paneles
informativos, etc… así como una sencilla ermita levantada hace
pocos años sobre las ruinas de la antigua iglesia parroquial de San Juan
Bautista, que fue incendiada durante la Guerra Civil. Enfrente
también veremos la
Casona de Gómez Herrera, del siglo XVIII, con destacada
portalada y escudo, siendo una de las más antiguas de Pontejos.
Seguimos
por una carreteruca que bordea una finca con abundante arbolado y bajaremos
a la derecha hasta encontrar la carretera general. Continuaremos por ella a la
derecha, a través del pueblo de Pontejos, hasta pasar frente a la
Iglesia de San Juan Bautista, construida después de la Guerra Civil
por haber sido incendiada la anterior, y las Antiguas Escuelas de
Pontejos, construidas en 1923 con el patrocinio del Marqués de
Valdecilla, indiano y filántropo trasmerano que también costeó varias decenas
de grupos escolares más en distintos pueblos de la región, así como el hospital
santanderino que lleva su nombre. Seguimos por la carretera hasta tomar a la
derecha la desviación que conduce a la Isla de Pedrosa antiguo lazareto o
sanatorio, unida a tierra por un puente, y actualmente convertida en península,
destacando por su magnífico arbolado que casi oculta los pabellones.
Volvemos por el camino andado y nos desviamos para seguir bordeando el Barrio
Las Callejas y llegar hasta el Pabellón Municipal de Remo “José
Luis Valdueza”, una pequeña rampa y llegamos al Puente de
Pontejos, sobre la Ría de Astillero y enfrente de esa localidad, con
la que los pontejanos han estado siempre muy vinculados. Hasta la construcción
del Puente de Pontejos en 1966, una barca cruzaba la ría y comunicaba ambas
localidades, aunque al parecer algunos vecinos también la cruzaban a nado
cuando volvían tarde de las verbenas, a horas intempestivas en las que el
barquero no trabajaba. Desde este antiguo embarcadero también veremos las grúas
del astillero que continúa la histórica tradición de construcción naval que dio
nombre al municipio vecino, existiendo también en Pontejos una tradición de
carpintería de rivera que todavía perdura
.
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Pescando en el muelle de Pedreña |
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Senda pavimentada |
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Golf La Junquera |
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Oleoducto |
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Iglesia San Juan |
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escuelas |
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capinteria de ribera
Recopilado : Turismo Marina de Cudeyo, Areas recreativas Cantabria
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sábado, 17 de febrero de 2018
Cantabria. Rutas en vacaciones. Agüero
Rutas por Cantabria - Agüero
Senderismo en Marina de Cudeyo
Iniciamos el circuito em la plaza frente a la Iglesia de San Juan, centro del conjunto histórico formado además por el castillo del siglo XIV y la casona de Villanueva de la Barca del siglo XVII. La Iglesia es del siglo XIV de una sola nave a la que se añaden capillas y sacristía en el siglo XVII. En su interior se encontraba el sepulcro ( hoy trasladado al museo diocesano de Santillana del Mar ) en madera de Pedro González de Agüero, señor de Trasmiera en el siglo XIV y dueño del castillo aledaño.
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Iglesia de San Juan |
El castillo, solar del apellido Agüero es una pequeña fortaleza gôtica del siglo XIV formada por cuatro lienzos de pared y cuatro cubos en las esquinas, con placas alusivas a su restauración en el XVII. El edificio solo cuenta con una puerta de arco apuntado y varias ventanas también ojivales y saeteras estando vacío y sin cubierta
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Castillo |
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La casona de Villanueva de la Barca, del siglo XVII presenta soportal de tres arcos, balcón de hierro forjado y gran escudo de los Agüero.
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Casona Villanueva de la Barca |
Ya en ruta, saldremos de la plaza hacia el Noreste en dirección al campo de golf "Ramón Sota" indicado y que rodearemos recorriendo el Barrio Campo La Sierra o La Rotiza. Este es uno de los tras campos de golf con que cuenta el municipio. Seguiremos por la Mies de Arriba hacia el Barrio Montecillo. Al llegar encontraremos un cruce y giraremos a la izquierda para llegar al Barrio Solaesa.
Podemos intercalar una desviación hacia la derecha y pasar por la fuente Antuja con abrevadero y lavadero. Tras una breve subida llegaremos igualmente al Barrio Solaesa donde encontramos una casa del siglo XVII y otras tradicionales.
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Casas Barrio Solaesa |
Siguiendo la pista de la izquierda aparece una bifurcación y girando a la derecha estamos en la carretera de Rubayo a Puente Agûero. Seguimos por ella a través del Barrio Ontavilla regresando a la Iglesia de San Juan. Recomendable un desvîo para subir a La Cuesta, un cotero de 94 metros de altitud que es la máxima cima del municipio. Arrancamos de una pista frente a una casa con finca de tapia que hemos de bordear. La ascensión culmina cerca de la cima en la antigua cantera de Agüero (hoy recuperada). Desde allí se contempla gran parte de la comarca de Trasmiera así como Peña Cabarga y los macizos del Miera y del Asón. Descendemos para llegar otra vez a la carretera y acabar junto a la Iglesia.
El conjunto se completa con el Puente de Agûero, a menos de un kilómetro y sobre el río Miera. De origen bajomedieval pero reformado en varias ocasiones y que jugó un importante papel en las comunicaciones históricas de la Bahía de Santander
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Puente |
La ruta que se muestra es aproximada
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como llegar desde Pedreña
Fuente : Turismo Marina de Cudeyo
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viernes, 2 de febrero de 2018
Cantabria. Vacaciones con niños. Parque Mina Pepita
PARQUE MITOLOGICO MINA PEPITA EN SOLARES
En el casco urbano de Solares encontramos el Parque Mitológico de la Mina Pepita, una antigua explotación minera a cielo abierto de casi dos hectáreas de terreno que aúna la belleza de sus formaciones geomórficas y su amplia variedad de especies vegetales. Sus singulares características le otorgan un halo mágico que envuelve al visitante y le depara gratas sorpresas entre sus recovecos, donde habitan los personajes más destacados de la mitología cántabra…
La excavación mineral ha sido recuperada para el uso y disfrute del público en un entorno geológico y natural de gran interés. Su puesta en valor supone recuperar el valor histórico y cultural que representa la mina, motor del desarrollo industrial de la Cantabria de finales del siglo XIX y principios del XX, conformando un rincón mágico, un espacio lúdico y educativo en el que ahondar en las tradiciones mitológicas heredadas de nuestros ancestros.
El parque se asienta en una antigua explotación de hierro denominada La Pepita, que cuenta con una extensión de 19.890 m2 y está localizada en el barrio La Calleja. La mina entró en servicio en el año 1887, coincidiendo con la construcción de la línea férrea de Santander – Solares y fue punto de partida del denominado Ferrocarril de Minas de Heras, que llegó a tener un trazado de 13 kms. para transportar el mineral hasta el lavadero y la estación de esta localidad.
La compañía que explotaba la Mina Pepita tuvo su lavadero junto a la estación del ferrocarril de Solares. Sus instalaciones se componían de dos batideras y una draga que se movían gracias a un motor de 70 caballos.
La abundancia en el caudal de agua del manantial de Solares motivó la construcción del balneario en 1898 y su temprana comercialización como aguas de mesa. Para lavar el mineral de hierro que se extraía de la mina se usaban los excedentes del acuífero y no las aguas del río Miera a pesar de su cercanía.
Las características singulares de este recinto convierten a Mina Pepita, situada a los pies de la mítica ‘montaña de hierro’ de Peña Cabarga, en el escenario idóneo para un parque dedicado a la Mitología de Cantabria.
Así, entre sus mágicos rincones podemos descubrir las representaciones de los principales personajes mitológicos cántabros, protagonistas de las creencias populares que se han transmitido entre generaciones. La divinización de la naturaleza, de los montes y picos, bosques y aguas, de la flora y la fauna, ha sido plasmada en historias de personajes fantasiosos que perduran hasta la actualidad y cuyo legado está presente vivamente en nuestro folklore. Al igual que en otras culturas, la mitología cántabra se ha nutrido de seres de fábula con aspectos y virtudes desiguales a los que los lugareños idolatraban o temían. Nos encontraremos con el temible Ojáncano, que nos da la bienvenida al parque, el benévolo Musgoso que acompaña nuestra ruta con la melodía de su flauta, o el Arbolón, gigante guardián del bosque. La dulce Anjana, la pérfida Ojáncana, los Caballucos del Diablo o el Trenti, entre otros, poco a poco irán surgiendo entre las agujas, en sus grutas o bajo los árboles de la Mina. Todos ellos acudirán prestos a la llamada de sus congéneres, siempre envueltos en el misterio y la fantasía, a caballo entre el bien y el mal, eterno dilema humano, para poblar un espacio único en Cantabria al que llegan para quedarse…
El Parque de la Mina Pepita cuenta con varias sendas de suaves pendientes que se internan entre espectaculares agujas y montículos de hasta más de 15 metros de altura que conforman desfiladeros, oquedades y angostos recovecos entre las rocas. La erosión natural y la acción humana han perfilado un paisaje de recortes que la naturaleza se ha encargado de colorear.
Una abundante vegetación, tanto autóctona como exótica, compuesta de acebos, encinas, tilos, fresnos, enormes acacias, saúcos, laureles, palmitos, enormes helechos o hasta un eucalipto centenario, otorga a este espacio natural de un notable valor ecológico en pleno núcleo urbano.
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El Ojáncano |
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Mugoso |
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El Arbolón
Recopilado TurismoMedioCudeyo
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domingo, 21 de enero de 2018
Cantabria. Rutas de senderismo. Marisma del Conde en Rubayo
Ruta de la Marisma del Conde
La ruta es de aproximadamente 3 Km, y puede tener variantes según de indican en el mapa con distintos colores de modo que se alargue más o menos dependiendo del tiempo, la fuerza o el interés.
Es una ruta fácil puesto que transcurre en caminos asfaltados y nos va a permitir aislarnos del ruido y disfrutar del aire puro y de la naturaleza.
Es una zona de praderías donde veremos alguna que otra vaca pastando, oiremos el canto de los pájaros, veremos alguna rapaz al acecho y llegaremos a la ribera de la ría de Cubas.
En la orilla hay un banco para descansar y observar el paisaje. En cuanto a aves, gaviotas y con un poco de suerte alguna garza. Al fondo el campo de golf de Pedreña y Somo.
Si el tiempo acompaña probablemente habrá alguien practicando paddle, ski acuático o simplemente pescando o tomando el sol desde alguna barca.
Siguiendo la ruta, si llegamos al alto seguro que nos paramos y nos llama la atención la vista a nuestro alrededor.
Aconsejable para quienes vayan a disfrutar de una ruta 100% naturaleza.Pueden ir los niños, incluso con bici por si se cansan.
Recorrido aproximado. Cada color una posible variante.
Real Golf de Pedreña desde la ría de Cubas |
Al fondo, puente de Somo - Pedreña |
Desde lo alto. Pedreña y al fondo Santander |
sábado, 13 de enero de 2018
Cantabria. Senderismo. Ruta de los Acantilados de Langre
RUTA DE LOS ACANTILADOS DE LANGRE
Hermoso recorrido de los acantilados y las playas contemplando siempre de fondo el mar Cantábrico.
Discurre entre las playas de Loredo y Langre.En levante está la Playa Grande, una media luna de 800 metros de longitud batida por olas potentes, muy apreciadas por los surfistas. Y a poniente, separada por un contrafuerte del acantilado, la Playa Pequeña, de 200 metros, que termina en el Pico de Langre, una punta rocosa erosionada que hay quienes dicen que recuerda una cabeza humana, otros que un león apoyado sobre las patas delanteras, y otros, conciliadores, que una esfinge. Más al oeste, como a un kilómetro, están las piscinas naturales de Llaranza, unas balsas cristalinas que se forman con las mareas en la base del acantilado.
Aunque de difícil acceso, se puede bajar hasta ellas siguiendo las sendas de los pescadores, siempre y cuando el mar esté de buenas... Para no olvidar lo que pasa cuando el mar está de malas, en el pueblo, al lado de la iglesia de San Félix, hay una escultura de Jesús Otero en homenaje a Ismael Hoz, un vecino de la zona que perdió la vida el 22 de diciembre de 1960 tras lanzarse a la mar a ayudar a los tripulantes del mercante Elorrio que estaban naufragando. Todo un héroe local.
Al atardecer, hay que acercarse a los acantilados (a los que caen sobre las piscinas de Llaranza, no sobre las playas) para ver cómo se ilumina el faro santanderino de Cabo Mayor justo cuando el sol se apaga. Luego se van encendiendo las luces de El Sardinero, las de la Magdalena, las del puerto, las de los barcos que entran y salen de la bahía. Todo, en un silencio que no es de ciudad, sino de primer día del mundo. Para celebrarlo, una buena opción es trasladarse a Pedreña y Somo (a siete kilómetros) y degustar unas sardinas a la parrilla, navajas, unas rabas o cualquier otro pescado del día. Pues el mar es aquí generoso en buenos productos.
Aunque de difícil acceso, se puede bajar hasta ellas siguiendo las sendas de los pescadores, siempre y cuando el mar esté de buenas... Para no olvidar lo que pasa cuando el mar está de malas, en el pueblo, al lado de la iglesia de San Félix, hay una escultura de Jesús Otero en homenaje a Ismael Hoz, un vecino de la zona que perdió la vida el 22 de diciembre de 1960 tras lanzarse a la mar a ayudar a los tripulantes del mercante Elorrio que estaban naufragando. Todo un héroe local.
Al atardecer, hay que acercarse a los acantilados (a los que caen sobre las piscinas de Llaranza, no sobre las playas) para ver cómo se ilumina el faro santanderino de Cabo Mayor justo cuando el sol se apaga. Luego se van encendiendo las luces de El Sardinero, las de la Magdalena, las del puerto, las de los barcos que entran y salen de la bahía. Todo, en un silencio que no es de ciudad, sino de primer día del mundo. Para celebrarlo, una buena opción es trasladarse a Pedreña y Somo (a siete kilómetros) y degustar unas sardinas a la parrilla, navajas, unas rabas o cualquier otro pescado del día. Pues el mar es aquí generoso en buenos productos.
RUTA POR LOS ACANTILADOS (cortesía Club de Montaña Fuentes Carrionas de Palencia)
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Bordeando la costa ente Loredo y Langre
Recogido de Guía Repsol
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La imagen recogida en el mapa es aproximada
lunes, 8 de enero de 2018
Cantabra. Rutas por Santander. Casa Museo Menéndez Pelayo
Biblioteca y Casa-Museo de Menéndez Pelayo
La
construcción del edificio surge a raíz de la desaparición de don
Marcelino en 1912, y la aceptación por el Ayuntamiento de su
magnífica colección de libros. En 1913, el municipio encarga la
traza del edificio a Leonardo Rucabado, quien da comienzo a las obras
en 1915 y realiza, sin duda, su obra más importante en la capital
cántabra. El arquitecto de Castro Urdiales llevó a cabo su trabajo
sobre el antiguo edificio que sirvió de biblioteca a don Marcelino,
respetando su perímetro y forma.
De
estilo historicista, en su versión nacionalista, con abundante
utilización de motivos herrerianos en la distribución de fachadas,
y en las decoraciones de pirámides y bolas. El municipio
santanderino construyó este edificio junto a la casa, respetando su
perímetro y forma, para albergar el extenso legado bibliográfico
del autor. Conserva la importante colección bibliográfica de
Menéndez Pelayo, donada a la ciudad de Santander por el escritor con
la condición de que siempre se mantuviera agrupado. Comprende más
de 42.000 volúmenes, muchos de ellos de gran valor, que incluyen 23
incunables y manuscritos muy valiosos de Quevedo, Lope de Vega y el
propio Menéndez Pelayo destacando la famosa Crónica Troyana, de
finales del siglo XIII-comienzos del XIV. Destacar que este conjunto
arquitectónico fue declarado Bien de Interés Cultural en 1982.
Destaca
en el exterior la fachada sur, de dos cuerpos. Desde el inferior,
arranca una escalera de doble tramo, que confluye en el segundo piso,
frente a la puerta principal, de arco rebajado a juego con los cuatro
ventanales que la flanquean. La puerta se remata con un cuerpo
superior, que posee un escudo de Santander.
El
interior de la Biblioteca se divide en tres naves rectangulares de
este a oeste. La central, más elevada, recibe la luz a través de
una gran vidriera, en cuyo centro se encuentra el escudo real. Otras
dos vidrieras iluminan las fachadas este y oeste. En la nave central
destaca una magnífica estantería de libros, realizada en roble y de
gusto neoclásico.
El
jardín de la Biblioteca aparece presidido por una estatua sedente de
Menéndez Pelayo, realizada en mármol blanco por Mariano Benlliure.
Detrás de ésta, una placa de mármol recoge las primeras palabras
del testamento de don Marcelino, en las que lega al Ayuntamiento su
biblioteca, y agradece a Santander "tantas muestras de
estimación y cariño durante toda mi vida".
La
muerte de Leonardo Rucabado en 1918 retrasó la inauguración de la
Biblioteca, que no tuvo lugar hasta 1923, asistiendo a la misma el
Rey Alfonso XIII.
Completa
el conjunto la que fuera casa de la familia Menéndez Pelayo, situada
frente a la fachada posterior de la Biblioteca. Es una construcción
de tipo afrancesado, realizada en 1876. En su interior pueden
contemplarse comedor y sala de estar en la planta baja y, en el piso
superior, el despacho de Enrique, hermano de don Marcelino, y la
habitación y cama en que murió éste.
El
padre de Marcelino Menéndez Pelayo adquirió la propiedad en pleno
apogeo del siglo XIX; el pabellón que está situado delante de la
casa lo construye su padre, Marcelino Menéndez Pintado, para ubicar
la Biblioteca de su hijo porque no cabían los libros en casa,
invadiendo hasta los enseres de la cocina. Marcelino Menéndez Pelayo
lo cedió a la ciudad de Santander y ésta, en agradecimiento,
construyó la actual, ampliándola. Ambas construcciones se hallan
en el centro de la ciudad, junto al Museo de Arte Moderno y
Contemporáneo (MAS), y a la Biblioteca Municipal.
La
Real Sociedad Menéndez Pelayo, RSMP, es la propietaria de la casa,
tras la desaparición de la familia, ubicándose sus despachos en la
antigua cocina y despensa; se creó en 1918 a iniciativa de los
admiradores del autor, y, actualmente, cuenta con ciento cinco
miembros. En la entrada de la casa hay un facsímil del acta de
creación de la Sociedad. En la Sociedad no sólo se editan obras
sobre el autor, sino también sobre disciplinas que cultivó el
mismo, siguiendo las normas de la ANECA, para que tengan el máximo
reconocimiento.
Unido
al nombre mencionar la Universidad Internacional Menéndez Pelayo,
UIMP cuyos cursos de español para extranjeros se convirtieron en sus
cimientos.
Un
dato histórico, en 1923 se crearon los Cursos de Verano de la
Sociedad Menéndez Pelayo siguiendo el ejemplo que en Madrid suponían
los del Centro de Estudios Históricos, como forma de extender
diversos aspectos de la cultura española entre los estudiantes de
otros países que llegaban cada verano a Santander para perfeccionar
el conocimiento de nuestro idioma.
El
siguiente paso sería constituir el patronato y de ahí, tras la
desaparición de la monarquía, el palacio de la Magdalena quedó a
disposición de la población y en agosto de 1932 se creó la
Universidad Internacional de Verano de Santander, que retomaba la
idea primitiva de los mencionados Cursos de Verano, proceso que
culmina con la creación de la UIMP en 1945.
La
institución “heredó el estilo de los cursos iniciales, ese
espíritu de colaboración y convivencia entre alumnos y profesores”.
Asimismo, las actividades de la Sociedad cuentan con el
reconocimiento de la UIMP, “materializadas en la Cátedra Menéndez
Pelayo”.
El
recorrido por las estancias donde respiró Don Marcelino descube
parte de los muebles y objetos que rodearon al escritor y satisface
la curiosidad de quienes los localizaban, como si fueran pedacitos de
su vida.
En
la Catedral de Santander se encuentra la tumba de Menéndez Pelayo
donde, con motivo del centenario de su nacimiento, fueron trasladados
los restos del montañés desde el cementerio de Ciriego, en
Santander. Al pie del sepulcro, se encuentra la siguiente leyenda
atribuida a don Marcelino: “¡Qué lástima tener que morir cuando
me quedaba tanto por leer!”.
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Casa Menéndez Pelayo |
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Comedor
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